martes, 19 de febrero de 2008

Colombia un laboratorio para las perversiones

por Jaime A. Moreno.

Lo humano de un ser humano es la capacidad de ver humano a los demás. Los gobernantes colombianos renegaron de esta condición, carecen de la capacidad de observarse como lo que son: Gusanos que se alimentan del sufrimiento humano; dado su insaciable crematística (amor al lucro) y el culto a la sacrosanta propiedad privada, muy arraigada en los que juegan a ser dioses.
No se sabe si es mas cínica la decisión de entregarle ha hacienda Carimagua a los glotones de la tierra, que con sus manos jamás la trabajaran; Que la argumentación del ministro Andrés Felipe Arias y el presidente Uribe para defender dicha entrega.

Ambas por su crueldad, tienen en común el mostrar fehacientemente la cosmogonía (forma de sentir) naturaleza política y filosófica que nutre a quienes se apropiaron a sangre y fuego de los anhelos de millones de campesinos colombianos.

Han decidido como política gubernamental romper el vinculo, el arraigo, del trabajador rural con lo único que al hombre del campo les da vida y los hace visibles y existentes: El trabajo con su tierra; y encimarles como castigo, por haber compartido su habitad con los luchadores por una nueva Colombia; el destierro como condena: “Quedad desheredados de la tierra., del contacto con ella. No podrán poseerla porque osaron brindar cobijo a tanto desadaptado terrorista que aun andan por ahí; den gracias a la democracia mas antigua de América Latina, que con su benevolencia aun estáis vivos, teniendo en cuenta la magnificencia y el corazón grande de nuestro señor presidente Uribe que os invita a agachar la cabeza, hasta que sus crímenes sean resarcidos con vuestra muerte ¡natural¡”.

Tal argumentación sin valor para ser debatida en una sociedad con seres inteligentes y libres, muestra cabalmente porque bajo este régimen no habrá solución, para que los desplazados por el plan contrainsurgente gubernamental vuelvan a sus tierras.

Según datos de la Contraloría General de la republica de Colombia, las tierras de los narcotraficantes corresponden al 52% de la tierra cultivable del país, resultado de la estrategia rentística de legalización de capitales que entran al torrente especulador improductivo, afectando dramáticamente la producción de alimentos.

A tal disparate en lo humano, “la democracia Colombiana”: definición por si misma perversa; le entregara a esas mafias la friolera de las mejores tierra que aun están en manos del Estado, incluyendo una que otra finquita de paramilitares que se remataran para configurar el fondo de reparación de las victimas, es decir, no se devolverán tierras sino recursos. Figura que legaliza la farsa de la ley de “Justicia Y paz” o ley de Ralito; se ofertaran por la vía institucional, para que sean compradas por los mismos Traquetos amigos del stablishment.

La política oficial en su espuria estrategia de persistir en la guerra como único sostén para justificar su eficiencia lacaya con sus amos de EUA, pretenden con su ceguera convertir la estructura de la propiedad de la tierra en Colombia, al equivalente norteamericano; que consiste disminuir la población rural a un porcentaje inferior al 10% de la población.
Tal porcentaje ligado a la propiedad de grandes extensiones agroindustriales mecanizadas y tecnificadas, debe ser soportado por una masa de trabajadores jornaleros al servicio de la gran maquila agropecuaria de explotación esclavista capitalista, para satisfacer el consumo de biocombustibles del primer mundo.

No se necesita demasiado olfato para comprender porque no existe premura por resarcir a las victimas del desplazamiento y por que al ministerio de agricultura lo dirigen lo mas podrido de la caterva fascista, incapaces de hacer algún razonamiento lógico inteligente al alcance de la catástrofe humanitaria colombiana. No reconocida Perversamente por este gobierno.

Dejar hacer y dejar pasar es la consigna, que ¡impere la ley de las mafias!

A la luz de la marcha La oligarquía menos descompuesta entra en contradicciones

Sin embargo, desde la misma oligarquía y por razones mas conectadas a la realidad histórica del país y a los temores propios de que la hegemonía tiene grañidísimas fisuras, no están seguros de que acabar con el pan coger y la pequeña agricultura, este libre de riesgos, especialmente por la incapacidad del régimen de aislar alas FARC-EP; Hecho evidente que requiere analizarse con mas detalle: La cacareada marcha unanimita contrainsurgente convocada por el régimen resulto una colcha de retazos, lejos de los cálculos presupuestados, puesto que de su seno y obedeciendo a las propias leyes de la dialéctica les resulto su contrario: La impensada contra Marcha en contra de los crímenes de estado y sus paracos, que los pone a recular con alguna dosis de pánico.

En la propia marcha del 4 de febrero, por los diferentes matices observados: Miles de personas que parecían borregos, indigestos de manipulación mediática no sabían ni porque marchaban; otros lo hacían por típico arribismo pequeño burgués; otros, por compromisos con sus empleadores; algunos, porque no estaban en contra sino a favor de la paz ; muchos otros, lo hacían a favor del intercambio humanitario; diversos, porque les dieran una camiseta blanca financiada por las mafias; otros, marchaban con pequeños propósitos, pero sin odio; algunos pocos, el problema del secuestro les molestaba, aunque que el problema era de los ricos; los mas anestesiados, porque desde los pulpitos y sus congregaciones religiosas les decían que Chávez era el nuevo Satanás y que había que marchar porque Uribe era el único que lo podía quitar de encima. Y.. los niños bien, a quienes jamás se les había visto por el centro de la ciudad, como un caudal de energúmenos de fina estirpe arribista,
vociferantes de odio, pedían la cabeza de Marulanda y Chávez para ponerse a jugar fútbol con ella en la plaza de Bolívar; al muy singular estilo mafioso y para militar de la motosierra.

Este sector, que sí marcho por la guerra con sentido pleno de su accionar y amparado por todos los medios de comunicación masiva publica y privada, resulto ser minoritario y escuálido, como lo que son: Un sector minoritario de privilegiados con mucho poder económico y con todo el control del aparato coercitivo del estado, que para efectos de esta marcha dejaron temporalmente las motosierras y el cerebro en la casa.

A ciencia cierta, la marcha fue convocada como producto del miedo por lo que significa la unidad estrategia del movimiento insurgente colombiano con la revolución Bolivariana, puesto que las razones convocantes carecen de cualquier sentido pacifico, en donde la idea central era preparar a la población colombiana a una acción ofensiva directa contra la revolución Bolivariana, y que fuese percibida como necesaria para defenderse del “expansionismo Chavista”; solo que no logro dicho objetivo y por el contrario, cogió fuerza la convocatoria hecha por las victimas a la marcha del 6 de marzo contra los paramilitares y los crímenes de estado como gran estocada a sus pretensiones.

No bastaron los millones invertidos para meter monolíticamente al país en el paroxismo belicista anti FARC-EP, anticomunista, y anti Chávez; hoy se sientes menos seguros de iniciar tal aventura contra la revolución Bolivariana en forma directa, seguirán haciéndolo clandestinamente, teniendo en cuenta que en el frente internacional no lo tienen nada fácil. Las elecciones presidenciales demócratas en los EUA, de las cuales surgirá el nuevo presidente Norteamericano, se les ha colado Barack Obama, de cuya procedencia y color de piel, los oligarcas colombianos desconfían y porque el TLC se les sale de las Manos, sumado a la incertidumbre de la política de EUA hacia Venezuela, dado al mayor peso político y económico logrado por Venezuela en el concierto latinoamericano.

Las fisuras del modelo paramilitar Uribista en el campo.

Que se defienda a ultranza seguir sacando campesinos de la zona de conflicto militar y facilitar la concentración de la tierra en otros rincones del país, desconociendo el problema humano y condenando a millones de personas a que mas adelante hagan parte de la avanzada transformadora de la revolución, en consonancia con las protestas de la Colombia insumisa, al eco de la marcha, ha llevado a que el periódico EL TIEMPO, exponente de la rancia oligarquía colombiana prenda las alarmas y decida publicar y a cuatro columnas, el domingo 10 de febrero, donde hay mayor tiraje, la noticia sobre la pretendida entrega de la hacienda Carimagua de 17 mil hectáreas a cuatro empresarios de la misma familia de expoliadores que le quitaron miles de hectáreas de tierra a las comunidades negras e indígenas en el departamento del Choco; para que se pare la entrega como aparentemente sucedió a los cuatro días. ¡Comprenden el poder del periódico el tiempo!

Es tan aberrante la política oficial de desconocer el fenómeno del desplazamiento como su política, que previamente en el para- congreso, habían legalizado tan atroz política, con la ley 152 del 2007, en pleno desfile de sus paracos a la cárcel; ley que legitima el despojo y consolida el régimen de desplazamiento forzado, y entierra de una vez por toda la investigación estatal para el campo; en contravía de todas las políticas de los países del mundo que apalancan el derecho de sus pueblos a defender su seguridad alimentaría.

Dicha ley acaba con la pequeña propiedad en zonas sujetas a ser mecanizadas, y la infraestructura oficial con la tierra que tenia el estado para acompañar los procesos productivos e investigación agropecuaria con especies mejoradas de: Maderables, pastos, vacunos, aves de corral piscicultura; como sucedía con la hacienda Carimagua , propiedad, del alguna vez reconocido y prestigiado centro de investigaciones del ICA, Instituto Colombiano Agropecuario; cuando había alguna política nacional de desarrollo agrícola, y se pensaba que antes que una gran finca, podíamos ser una país; hecho vergonzoso e indefendible a la luz de cualquier demócrata serio, arrasa con los derechos de los campesinos a conservar sus propias parcelas de tierra, dado el limitado poder de financiamiento para la tecnificación ; Es decir, al caído caerle.

Concluyendo……

Este escándalo destapado por ellos mismos intenta poner una vela a dios y otra al diablo, pero sin duda es un mensaje de las contradicciones en la cima del poder oligárquico, donde se critica el pretender acabar con la base de alimentos del país, porque temen afianzara la hecatombe social que los hundiría a todos. Sienten que el espécimen de Uribe se les puede salir de madre. En esa misma dirección van dirigidas las declaraciones de Cesar Gaviria, Gina Parodi, Benedeti y los otros dinosaurios que ya no soportan aparecer juntos con el Mesías. Juntos pero no revueltos.

De otra parte, como hecho relevante para la causa popular, la marcha del 6 de marzo, contribuirá a que los anestesiados y amaestrados por el odio y la furia Uribistas se den cuenta del talante y la estructura de sociedad que han construido a semejanza de todas las depravaciones que ha significado este gobierno y que la ciencia política ha estudiado bajo los paradigmas de tal decadencia involutiva. Tal como sucedió con Hitler, Franco, Musoline, Bush, los neocon y los neoliberales en cuya inmanencia se promulga solo la libertad del individuo posesivo, en contra de cualquier vestigio de sociabilidad consensuada sobre la justicia, equidad e inclusión; La ideología del sionismo capitalista, Etc.

El lacayo y vergonzoso régimen colombiano en la periferia capitalista, se ha convertido en el perfecto laboratorio antidemocrático, cuyo cinismo, falsedad y criminalidad ha llegado a limites inéditos de la desvergüenza, que nada tiene que ver con el sentir del pueblo colombiano, en épocas en donde se intenta medir hasta donde pueden avasallar a un pueblo para mantener sus privilegios, borrando los conceptos de autodeterminación y soberanía, a favor de las políticas del Imperio americano y/o europeo.

Enviado por Salvador Tio [salvadorelias@yahoo.com]

No hay comentarios: